Corte, texturas, contrastes: el vestuario masculino se construye por capas sucesivas. Desde básicos bien hechos hasta piezas destacadas, todo se juega en el equilibrio.
El guardarropa masculino articula formas precisas: jeans de corte definido, sudaderas con volumen controlado, chaquetas de materiales contrastantes, camisetas estructuradas o camisas suaves. Cada pieza, desde la más mínima hasta la más gráfica, forma parte de una silueta global. Las marcas apuestan por juegos de proporciones, por la densidad del tejido, por la caída. Nada se deja al azar: la selección responde a una lógica de ritmo, equilibrio y forma. Desde esenciales bien cortados hasta piezas destacadas, cada línea encuentra su lugar, sin sobrecarga.